Último mensaje de Medjugorje
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“¡Queridos hijos! También hoy me alegro con ustedes y los invito al bien. Deseo que cada uno de ustedes medite y lleve la paz en su corazón y diga: Yo deseo poner a Dios en primer lugar en mi vida! De esta manera, hijitos, cada uno de ustedes llegará a ser santo. Digan, hijitos, a cada uno: Yo te deseo el bien y él te retribuirá con el bien y el bien, hijitos, morará en el corazón de cada hombre. Yo, hijitos, esta tarde, traigo el bien de mi Hijo, quién dio su vida para salvarlos. Por tanto, hijitos, álegrense y extiendan las manos a Jesús, que es solo bien. ¡Gracias por haber respondido a mi llamado!”
“¡Queridos hijos! También hoy me alegro con ustedes y los invito al bien. Deseo que cada uno de ustedes medite y lleve la paz en su corazón y diga: Yo deseo poner a Dios en primer lugar en mi vida! De esta manera, hijitos, cada uno de ustedes llegará a ser santo. Digan, hijitos, a cada uno: Yo te deseo el bien y él te retribuirá con el bien y el bien, hijitos, morará en el corazón de cada hombre. Yo, hijitos, esta tarde, traigo el bien de mi Hijo, quién dio su vida para salvarlos. Por tanto, hijitos, álegrense y extiendan las manos a Jesús, que es solo bien. ¡Gracias por haber respondido a mi llamado!”
“¡Queridos hijos! También hoy me alegro con ustedes y los invito al bien. Deseo que cada uno de ustedes medite y lleve la paz en su corazón y diga: Yo deseo poner a Dios en primer lugar en mi vida! De esta manera, hijitos, cada uno de ustedes llegará a ser santo. Digan, hijitos, a cada uno: Yo te deseo el bien y él te retribuirá con el bien y el bien, hijitos, morará en el corazón de cada hombre. Yo, hijitos, esta tarde, traigo el bien de mi Hijo, quién dio su vida para salvarlos. Por tanto, hijitos, álegrense y extiendan las manos a Jesús, que es solo bien. ¡Gracias por haber respondido a mi llamado!”
“¡Queridos hijos! También hoy me alegro con ustedes y los invito al bien. Deseo que cada uno de ustedes medite y lleve la paz en su corazón y diga: Yo deseo poner a Dios en primer lugar en mi vida! De esta manera, hijitos, cada uno de ustedes llegará a ser santo. Digan, hijitos, a cada uno: Yo te deseo el bien y él te retribuirá con el bien y el bien, hijitos, morará en el corazón de cada hombre. Yo, hijitos, esta tarde, traigo el bien de mi Hijo, quién dio su vida para salvarlos. Por tanto, hijitos, álegrense y extiendan las manos a Jesús, que es solo bien. ¡Gracias por haber respondido a mi llamado!”
“¡Queridos hijos! También hoy me alegro con ustedes y los invito al bien. Deseo que cada uno de ustedes medite y lleve la paz en su corazón y diga: Yo deseo poner a Dios en primer lugar en mi vida! De esta manera, hijitos, cada uno de ustedes llegará a ser santo. Digan, hijitos, a cada uno: Yo te deseo el bien y él te retribuirá con el bien y el bien, hijitos, morará en el corazón de cada hombre. Yo, hijitos, esta tarde, traigo el bien de mi Hijo, quién dio su vida para salvarlos. Por tanto, hijitos, álegrense y extiendan las manos a Jesús, que es solo bien. ¡Gracias por haber respondido a mi llamado!”
“¡Queridos hijos! También hoy me alegro con ustedes y los invito al bien. Deseo que cada uno de ustedes medite y lleve la paz en su corazón y diga: Yo deseo poner a Dios en primer lugar en mi vida! De esta manera, hijitos, cada uno de ustedes llegará a ser santo. Digan, hijitos, a cada uno: Yo te deseo el bien y él te retribuirá con el bien y el bien, hijitos, morará en el corazón de cada hombre. Yo, hijitos, esta tarde, traigo el bien de mi Hijo, quién dio su vida para salvarlos. Por tanto, hijitos, álegrense y extiendan las manos a Jesús, que es solo bien. ¡Gracias por haber respondido a mi llamado!”
“¡Queridos hijos! También hoy me alegro con ustedes y los invito al bien. Deseo que cada uno de ustedes medite y lleve la paz en su corazón y diga: Yo deseo poner a Dios en primer lugar en mi vida! De esta manera, hijitos, cada uno de ustedes llegará a ser santo. Digan, hijitos, a cada uno: Yo te deseo el bien y él te retribuirá con el bien y el bien, hijitos, morará en el corazón de cada hombre. Yo, hijitos, esta tarde, traigo el bien de mi Hijo, quién dio su vida para salvarlos. Por tanto, hijitos, álegrense y extiendan las manos a Jesús, que es solo bien. ¡Gracias por haber respondido a mi llamado!”
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